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21/03/2015

La Abuelas de Plaza de Mayo

Abuelas de Plaza de Mayo
CoNaDI

Presentaciones espontáneas
¿Qué sucede cuando un joven se acerca a Abuelas?

Cada joven que se acerca a Abuelas de Plaza de Mayo viene porque hay una duda que no lo deja tranquilo; ¿seré finalmente hijo de los que dicen ser mis padres?, y si no soy hijo de ellos, ¿de quién soy hijo?, ¿tendré familia, hay alguien que me busca?, estos son algunos de lo interrogantes que aparecen en cada uno de los chicos y chicas que vienen a nuestra institución.
Es por ello que muchos se acercan con temores de no saber en qué consiste, en la práctica, la búsqueda que lleva a cabo Abuelas de Plaza de Mayo.
Uno de los objetivos de las abuelas es que cada joven que viene tenga la posibilidad de comenzar una búsqueda sobre sus orígenes de manera reservada y privada.
Una vez que el joven viene a la Institución, se realiza con él una entrevista para poder detectar si es un caso posible de búsqueda de Abuelas o no. Es por ello que la franja de nacimientos o inscripciones realizadas desde el año 1975 al 1980 es el que está bajo la sospecha de que todo niño nacido durante aquella época es posible que sea hijo de desaparecidos.
Esta es una búsqueda que no nos resulta fácil, ya que la mayoría de la documentación que traen los jóvenes está falsificada, es por ello que a través de la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), que depende del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, se hace posible que esa búsqueda se haga concreta y que mediante la misma sea factible solicitar documentación a los distintos lugares en donde intervinieron para la inscripción de dicho bebé y si es necesario ordenar los análisis de sangre en el Banco Nacional de Datos Genéticos que funciona en el Hospital Durand en forma gratuita.
Es entonces posible comenzar la búsqueda de la identidad de un joven que nació entre los años 1975 y 1980 con la labor de la CONADI.
En estos años la Comisión ha recibido más de 407 presentaciones espontáneas, de las cuales se han resuelto 58 casos. De estos casos no todos son jóvenes buscados por Abuelas, a muchos se les ha encontrado su familia bilógica.
En cambio si la persona que se acerca es mayor de 26 años la alternativa que existe actualmente es una búsqueda a través de un convenio que realizó Abuelas de PLaza de Mayo con la Defensoría del Pueblo de la Nación, en donde el hincapié está puesto en que el interesado pueda recuperar su identidad. Donde entonces no se trataría de un caso posible de abuelas, dado que no sería por la temética de los desaparecidos, sino por otras cuestiones.

Investigación

El Equipo de Investigación se ocupa de la recepción de las denuncias que la comunidad hace llegar a Abuelas ante la sospecha de que un determinado joven está apropiado por quienes figuran como sus padres.
Las denuncias llegan a la institución por distintas vías: por teléfono, por fax, por correo, por e-mail o personalmente. Las denuncias anónimas son admitidas.
Cada denuncia es analizada con minuciosidad y, si de la misma surgen datos suficientes, gracias a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) es posible obtener la documentación que se presume falsa, tal como partida de nacimiento, certificado médico, etc.
Si del análisis de la documentación resulta que la misma puede contener datos adulterados sobre el nacimiento del joven, se profundiza la investigación en torno a la situación del joven, realizando incluso trabajo de campo cuando es necesario.
Si las sospechas sobre el origen del joven se mantienen, se deriva el caso al Equipo Jurídico para su inclusión en alguna causa penal. Previamente, debe relacionarse ese caso con uno de los nietos apropiados que buscan las Abuelas de Plaza de Mayo. Para ello, el Equipo de Investigación cuenta con las denuncias sobre los secuestros de los padres y/o del niño, radicadas por sus familiares en la institución, con testimonios de sobrevivientes de los centros clandestinos de detención, con información sobre represores, médicos y parteras que actuaron en las apropiaciones, entre otras fuentes de consulta.
En ninguna instancia de este trabajo, se brinda a las personas que aportan datos ninguna información acerca del curso de la investigación, a fin de preservar su carácter confidencial.
Es importante resaltar que el Equipo de Investigación no localiza a los jóvenes desaparecidos: sólo puede encontrar indicios de adopciones irregulares o falsas inscripciones de nacimiento. La confirmación, siempre, es resultado de la pericia genética.

¿Puedo aportar información?

Para brindar información acerca de un joven que puede estar apropiado, es necesario contar con al menos uno de los siguientes datos: nombre y apellido del joven, nombre y apellido de quien figura como su padre / madre, domicilio, teléfono. De lo contrario, se vuelve prácticamente imposible comenzar una investigación.
Es útil incluir información acerca del presente del joven: trabajo, estudios, situación familiar, si sabe que no es hijo de quienes figuran como sus padres, si tiene deseos de conocer su identidad.

Aspecto Genético - LA IDENTIDAD

Toda persona nace con una carga biológica cultural y social transmitida a través de las generaciones que la precedieron, que configuran sus características esenciales como persona. Esto hace que un ser humano sea distinto de otro, tenga raigambre que lo enlaza con su grupo social de origen y presente determinadas peculiaridades que, unidas a lo posteriormente adquirido con su madurez hacen de él un ser completo y tendiente al equilibrio.
Todo lo anteriormente expuesto configura la identidad, que permite tener una referencia como ser pleno frente a los otros que forman la sociedad. No existe posibilidad alguna de cambiar, suplantar o suprimir la identidad sin provocar daños gravísimos en el individuo, perturbaciones propias de quien, al no tener raíces, historia familiar o social, ni nombre que lo identifique deja de ser quién es sin poder transformarse en otro.
En el constante peregrinaje de las Abuelas por todo el mundo, tratábamos de saber si existía algún método específico para determinar la filiación de un niño en ausencia de sus padres. Muchos fueron los centros científicos que consultamos, hasta que finalmente en EEUU el Dr. Fred Allen del Blood Center de New York y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia de Washington, nos posibilitaron realizar esos estudios. Gracias a ellos se encontró un método que permite llegar a un porcentaje del 99,9 % de probabilidad mediante análisis específicos de sangre. Brindaron valioso aporte la Dra. Mary Claire King y el Dr. Cristian Orrego de la Universidad de Berkeley, Estados Unidos. El resultado de ese estudio se llama "Indice de Abuelidad" en referencia a nuestro pedido.

Durante la década del 80 se estudiaban:
Grupo Sanguíneo y RH
Histocompatibilidad (HLA, A, B, C, DR)
Investigación de Isoeenzimas eritrocitarias
Investigación de proteínas plasmáticas
En la década del 90, se desarrollaron metodologías tendientes a estudiar directamente el material genético de las personas que participan de estos estudios de identidad. Esto es el ADN presente en los 23 pares de cromosomas de las células. Estas nuevas metodologías permiten alcanzar probabilidades de vínculos biológicos mucho mayores que con los estudios arriba mencionados, aún en las situaciones en que se cuenta sólo con unos pocos parientes lejanos de la persona cuya filiación se cuestiona.

¿Qué tipo marcadores se estudian en el ADN de las personas?

Hoy en día los marcadores polimórficos más estudiados y consensuados entre los distintos laboratorios en el mundo son los marcadores microsatélites o STRs. Estos marcadores se hallan presentes en todos los cromosomas de una persona, incluso en los cromosomas sexuales X e Y.
Estos marcadores presentan una enorme variabilidad entre las personas. Para cada uno de estos marcadores STRs (salvo para los de cromosomas sexuales) una persona hereda dos alelos o características, uno de estos alelos proviene de su padre biológico y el otro de su madre biológica. Estos padres a su vez han heredado de sus propios padres (o abuelos biológicos) de la persona que busca su identidad.
Para aquellos caso en los cuales los padres están ausentes y sólo se encuentran familiares más lejanos (caso abuelos paternos y/o maternos, hermanos, medio hermanos, primos o tíos), es posible analizar además de STRs en cromosomas no sexuales, los STRs presentes en el cromosoma Y. Estos STRs definen la línea paterna. Es decir, el cromosoma Y lo trasmite un hombre a su descendencia masculina. O sea, si tenemos sólo un abuelo paterno y un posible nieto varón, estos compartirán los mismos alelos para el cromosoma Y. Lo mismo se puede hacer con un hijo varón del padre ausente, con un hermano varón del padre o con hijos de este hermano varón (posibles primos).
En los casos en los que se encuentran presentes hermanas mujeres de la madre ausente, o un posible abuela materna, es posible estudiar la línea materna a través del estudio de secuencias del ADN mitocondrial. Este ADN mitocondrial se transmite de mujeres a hijos tanto varones como mujeres. Entonces, ya sea la abuela materna o cualquier hijo de ella, tendrán el mismo ADN mitocondrial, el cual será comparado contra el ADN de la persona que busca su identidad.
Estudiando un gran número de STRs ya sean de cromosomas no sexuales y de cromosomas sexuales y el ADN mitocondrial, pueden obtenerse probabilidades de paternidad, hermandad, abuelidad, etc. lo suficientemente altas como para prácticamente confirmar un vínculo biológico.
En el Hospital Durand de Bter de prioridad ante el Parlamento por el Presidente de la Nación. Fue impulsado activamente por nuestra Institución y convertido en Ley Nacional nº 23.511 en mayo de 1987. Su reglamentación fue sancionada en 1989.
Esta Ley nos permite dejar establecidas las condiciones prácticas que posibiliten la identificación de nuestros nietos, aunque no estemos, ya que es imposible saber cuándo serán localizados; en algunos casos serán los niños, ya adultos, los que encontrarán la verdadera historia acerca de su origen.
Este Banco tiene como función el almacenamiento y la conservación de la muestra de sangre de cada uno de los miembros de los grupos familiares, a fin de posibilitar la realización de los estudios que se desarrollen en el futuro. Teniendo en cuenta la expectativa de vida actual en la Argentina, este Banco Nacional de Datos Genéticos debe funcionar, por lo menos hasta el año 2.050.

Área Jurídica

Reiteradamente el Equipo Jurídico de la Institución ha sostenido, en sus presentaciones, que la sustracción y el ocultamiento de los menores nacidos en cautiverio y de aquellos que desaparecieron ya nacidos, es parte de un plan sistemático que incluyó los asesinatos, las torturas, las desapariciones forzadas de adultos, el robo y otros delitos ejecutados por integrantes de las fuerzas de represión, seguridad, policiales, penitenciarias, etc. junto con las Fuerzas Armadas.
En los juicios que se han llevado a cabo por violaciones a los Derechos Humanos a las Juntas Militares, a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, etc., los jueces que intervinieron (por lo general de Cámaras Federales de Apelación), llegaron a la conclusión que la sustracción de menores no obedecía a un plan sistemático de las autoridades que habían usurpado el poder el 24 de marzo de 1976.
Entendemos que esos jueces, en las causas que llegaron a su conocimiento, no han recabado las pruebas suficientes como para acreditar que la sustracción de nuestros niños no fue obra de la casualidad, o de actos aislados de meros robos de menores.
Ha quedado fehacientemente acreditado, a través de numerosos testimonios brindados ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), y en causas judiciales que existieron centros clandestinos de detención de mujeres embarazadas desaparecidas que funcionaron como verdaderas maternidades (Escuela de Mecánica de la Armada, por ejemplo) hacia donde eran trasladadas embarazadas desaparecidas desde distintos puntos del país para dar a luz.
Concluimos entonces que la "verdad" formal contenida en los expedientes judiciales comentados difiere sustancialmente de la verdad histórica, la que buscamos las Abuelas de Plaza de Mayo en sus esfuerzos por localizar y restituir a estos niños.
A pesar de la vigencia de gobiernos constitucionales las Abuelas seguimos encontrando serios problemas en la tramitación de los juicios. Hay grandes resistencias en muchos miembros del Poder Judicial que no entienden que nuestros nietos son víctimas de numerosos delitos, aunque ahora se encuentren viviendo con los apropiadores en una "buena y óptima condición económico-social". Estas resistencias no solo dilatan el acto de la restitución, sino que en muchos casos, lo impiden en su totalidad.
Las medidas cautelares existentes resultan ineficaces. La interdicción de salida del país, por ejemplo, es totalmente inútil en el caso de los prófugos de la justicia y ha dado origen al fenómeno de las segundas desapariciones de niños localizados.
Todavía no se han articulado nuevas medidas de procedimiento y de fondo que atiendan a situaciones totalmente inéditas como las restituciones de niños secuestrados a sus legítimas familias.
Existen graves problemas en los juicios de filiación, que tienen fuero Civil, cuando es necesario una previa sentencia penal. En estos casos todo el proceso sufre dilaciones en el tiempo y esto tiene como consecuencia que el niño tenga dificultad para manejarse con su verdadera y única identidad.
Nuestra Asociación, además de llevar adelante los numerosos juicios Civiles y Penales, propicia reformas en la legislación que tiendan a modificar las situaciones antes descriptas.
Creemos que el Derecho y la Justicia no pueden caminar al margen de una realidad tan dolorosa como es el tema de los niños desaparecidos y nacidos en cautiverio. Es necesario que incorporen el problema de manera tal que los beneficios de la reforma alcancen a los niños víctimas de estos delitos y a la comunidad infanto-juvenil en su conjunto.

Área Psicológica
Derecho a la Identidad

La dictadura militar que se establece en Argentina el 24 de marzo de 1976 sistematiza un modo de persecución política inédita, "la desaparición forzada de personas" y su posterior asesinato, llevado a cabo por grupos específicos y en el que estaban involucrados todos los sectores del poder.
Con dicha práctica de "desaparición forzada de personas" y con la institucionalización de campos de concentración y exterminio (llegaron a ser 465 en todo el país) queda organizada una modalidad represiva del poder. Este modelo de poder concentracionario es propio de este siglo y fue creado por el nazismo durante la segunda guerra mundial y funcionó como poder totalizante, dueño de la vida y de la muerte.
Implantó la violencia como modo de vida en dónde el terror y la parálisis desarma el tejido social. El trauma vivido, verdadero genocidio, afecta a toda la comunidad convirtiéndose en trauma histórico.
Genocidio es un término acuñado por Raphäel Lemkin, a raíz del nazismo, y se describe como un crimen contra el derecho de gentes, sea cometido en tiempos de paz o de guerra. Es el ejercicio criminal de la soberanía estatal.
Cabe interrogarse cuáles son los efectos que produce en la subjetividad este trauma histórico, con el agravante que el poder totalitario nunca asumió la responsabilidad de lo acontecido, negó su propia práctica de burocratización de la muerte, para ellos no hay nombres, no hay cuerpos, no hay muertos, no hay archivos, no hay responsables.
Si bien iniciada la democracia con un gesto se crea la CONADEP y el Juicio a los Comandantes responsables de las tres armas y a represores, con otro gesto se firma la Ley de Punto Final y la Ley de Obediencia Debida y finalmente los Indultos.
Uno de los modos de la violencia represiva fue la fractura generacional. En pos de la protección de "la familia" tomó a algunas familias, la de los 30.000 "desaparecidos" y de los alrededor de 500 niños hoy jóvenes, apropiados, produciendo un quiebre en el sistema de parentesco:
desaparece uno o varios miembros de la familia, es decir, representantes de una o varias generaciones como hecho inédito en la modernidad, dichas desapariciones incluyeron a menores de edad secuestrados con sus padres y a bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres embarazadas. Dichos niños fueron separados de sus familiares y apropiados por personas en su mayoría ligados al poder militar
Esta fractura de historia en los ascendientes y en los descendientes crea un agujero en lo simbólico, ya que no hay explicaciones para los hechos o explicaciones falseadas que inducen al sin sentido pues impide ubicar el origen de la agresión, práctica que el poder totalitario utiliza para que la responsabilidad aparezca como proveniente del agredido. Manipulación de cuerpos y discursos como modo de destrucción de lo subjetivo que induce a la sumisión.
La solidaridad que se generó en torno a estos hechos permitió una forma de organización social que produjo un punto de quiebre en el Estado Totalitario, en donde el accionar de las Madres y Abuelas, al ubicarse en lo público de la Plaza de Mayo, pone en escena algo que estaba destinado a lo privado, a lo privado de ese "desaparecido", de esa familia de "desaparecido".
Escenario público en el que circulan historias que denuncian Madres y Abuelas, que convocan a un reconocimiento de lo acontecido, a la exigencia de justicia y a una memoria de lo que parecía innombrable.
Posición activa que es un modo de resistencia al poder y un modo de transformar la posición del "desaparecido", ya que sustraído en lo privado, vuelve a la escena social en la primera exigencia de "aparición con vida" y modo de quebrar lo insensato y también modo de salir de la fragilidad psíquica por la falta de apoyos identificatorios en lo social.
Debemos recordar que aún permanecen en condición de desaparecidos alrededor de 500 jóvenes, son los "desaparecidos vivos" de hoy que viven "del otro lado de la pared" en la multiplicidad de los "campos" (convivencia con el apropiador) que se han diseminado dentro de la sociedad. "Desaparecidos vivos" a los que se les somete a permanecer en la ignorancia del origen del vínculo que se basa en el asesinato de sus padres y su propio robo:
Algunos fueron secuestrados junto a sus padres.
Otros nacieron en el cautiverio de sus madres que fueron secuestradas embarazadas. Por testimonios de sobrevivientes, de médicos y de parteras, sabemos que las embarazadas secuestradas daban a luz amordazadas, con los ojos vendados, atadas de pies y manos, se les inducía el parto o se les practicaba cesáreas innecesarias. Luego del parto el bebé era separado de su madre y apropiado
Hubo niños dejados con vecinos que ubicaron a sus familias para entregarlos
También hubo vecinos que desconociendo a los familiares, protegieron a los niños hasta que lograron ubicarlos por medio de las Abuelas de Plaza de Mayo
Otros niños fueron entregados a instituciones públicas como NN y dados en adopción. Con posterioridad algunos adoptantes, sospechando el posible origen del niño, se conectaron con Abuelas de Plaza de Mayo. En estos casos se consideró que como actuaron de buena fe, se mantuvo la convivencia con la familia adoptante en acuerdo con la familia de origen y en estrecho contacto. Estas situaciones se resolvieron sin intervención de la justicia
Hubo vecinos que se apropiaron de los niños impidiéndoles el conocimiento de su historia. Estos casos (cuando el niño fue localizado por Abuelas de Plaza de Mayo), se resolvieron por vía judicial que ordenó, tras las pruebas de histocompatibilidad sanguínea, la restitución a la familia
Hubo situaciones en que familiares de la línea materna o paterna mantuvo al niño sin comunicarlo, por temor o por ignorar datos de la otra parte de la familia. Hubo situaciones resueltas por la institución y otras en que, iniciada la democracia, comenzó la búsqueda de la restante familia.

Sobre éstos niños se ejerció violencia dado que:
fueron abruptamente separados de sus padres, ya que no fueron abandonados, sino robados y apropiados ilegalmente
hubo ocultamiento de identidad, incluyendo cambio de nombre y apellido, cambio de fecha de nacimiento y, en algunos casos cambio de edad, simulacro de parto con falsificación de partida de nacimiento
adopciones aparentemente legales, ya que hubo niños que fueron dejados en instituciones y eran tratados como NN, a pesar del conocimiento del origen del niño
niños asesinados en el secuestro
bebés en gestación asesinados en el vientre materno
tortura, violaciones y vejámenes a mujeres embarazadas
convivencia con apropiadores que obtienen un vínculo basado en la "desaparición forzada" y posterior asesinato de los padres
La violencia impuesta se acrecentó con la cuidadosa tarea de los apropiadores y de los aparatos del Estado, de borrar toda ligazón con el origen.
Según nuestros datos, los casos denunciados y documentados son 250. De los cuales 71 son ubicados por las abuelas de Plaza de Mayo. Actualmente los jóvenes restituidos son: 41, los niños localizados asesinados son: 9, en trámite judicial 7 y en convivencia con familia de crianza 14.
También suponemos que el número de jóvenes apropiados es de alrededor de 500, ya que muchos casos no se denunciaron.
Un fenómeno reciente es el acercamiento de jóvenes quienes, al dudar de su origen, piden ser analizados. En los últimos años se han acercado a la Institución "Abuelas" o a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad alrededor de 570 jóvenes.
Con la desaparición sistemática de menores de edad el Estado Argentino ha violado la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobado por Naciones Unidas en 1948, art. 1º y 16º y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales aprobado por Naciones Unidas en 1966, parte III, art. 10º, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos aprobado por Naciones Unidas en 1966, art. 23º y 24º y la Convención Americana de Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica de noviembre de 1960, art. 17º y 18º. Asimismo se violaron, desde el punto de vista del derecho interno, diversos artículos de la 1º parte de Declaraciones y Garantías de la Constitución Nacional
El Derecho Penal aún no ha legislado sobre la "desaparición forzada de personas", pero en relación a menores hay delitos contemplados:
delito de sustracción de menor, art. 146;
delito de supresión y suposición de estado civil, art. 139;
delito de falsificación ideológica de documento público, art. 292 y 293;
delito de privación ilegal de la libertad, art. 142.
Durante la instauración de la democracia y a instancias de Abuelas de Plaza de Mayo se sanciona la ley 23511 en 1987 que crea el Banco Nacional de Datos Genéticos. En este Banco se conservan muestras de sangre de los familiares de los casos documentados para el joven que quiera buscar su identidad. Dicho Banco tiene por objeto realizar informes y dictámenes técnicos, y realizar pericias genéticas a requerimiento judicial para determinar la identidad de un menor que se suponga hijo de desaparecidos.
El gobierno argentino sancionó dos leyes en políticas de Derechos Humanos: la ley 23492 de Punto Final del año 1986 que establece plazo de prescripción de la acción penal y de la ley 23521 de Obediencia Debida en el año 1987 que limita el juzgamiento de los delitos cometidos durante el Terrorismo de Estado a los altos cuadros. Pero fue excluido de dichas leyes el delito cometido por sustitución de estado civil, sustracción y ocultamiento de identidad, delitos muy próximos a la "desaparición" pero que sin embargo no nombra; por lo que las causas penales que se instruyen por un menor desaparecido no han sido afectadas por estas leyes. Por otra parte este tipo de delito es permanente, esto quiere decir que no prescribe.
En el marco de la Convención Internacional por los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 se promovieron la inclusión de los artículos 7, 8 (conocidos como argentinos) y el 11 del derecho a la identidad a solicitud de Abuelas de Plaza de Mayo.


Los menores apropiados fueron sustraídos de un sistema de parentesco e incluidos violentamente en otro que reniega de lo instituido por los padres. Acto amparado por el Terrorismo de Estado en el que el triunfo sobre los padres desaparecidos debe perpetuarse más allá de la desaparición. Así se somete al niño a una relación que reniega de lo acontecido, pues siendo los autores del hecho ilícito o cómplices, se manejan "como si" nada hubiera sucedido, sabiendo que la relación se monta sobre el asesinato de los padres.
Para el Derecho el vínculo de filiación es un vínculo constituido por las instituciones jurídicas. La filiación es un concepto que debe ser tratado como "principio político de organización" que permite el anudamiento de lo biológico, lo social y lo subjetivo. No basta con nacer, la vida hay que instituirla. Instituir la vida, es decir, fabricar el vínculo institucional: esto es obra de la genealogía que hace sostener el hilo de la vida que recuerda al sujeto su lugar en la especie y procura a la sociedad lo humano vivo.
La genealogía apunta al conjunto de los sistemas institucionales fabricados por la humanidad para sobrevivir y difundirse. Instituir implica la normatividad, cuya exigencia será la existencia de un marco de legalidad que garantice la conservación de la especie. El arte de gobernar, es el arte de tramar una legalidad para hacer nacer a una persona, que pueda subjetivarse y hacer que la vida pueda transcurrir hasta la muerte. La especie se propone al sujeto humano a través de la genealogía. Es la ley la que asigna un padre a un hijo en virtud de una presunción legal que así la establece. La humanidad es una sucesión de padres y de hijos y la filiación es el montaje de la cadena humana.
El derecho romano habla de instituir la vida. Desde el psicoanálisis (teoría que ha permitido pensar los procesos de subjetivación de las personas) planteamos las operaciones de subjetivación necesarias para que el pequeño sujeto se humanice.
La familia es el ámbito donde se desarrolla el ser hablante y desempeña un papel primordial en la transmisión de la cultura. Lo simbólico, que precede el nacimiento de un sujeto, es la función ordenadora de la cultura que separa al hombre de la naturaleza, inscribiéndolo de entrada en el lenguaje, ley fundadora cuyas interdicciones fundamentales son la prohibición de matar y prohibición del incesto, y en las estructuras de parentesco que organizan las diferencias de sexos y de las generaciones.
El niño, al nacer, por su prematuración necesitará de la función materna y paterna para vivir. Pero el intercambio entre la madre y el bebé, no será sólo en el terreno de las necesidades (alimento, aseo, etc.) sino que los reclamos de cuidado del niño a la madre se inscriben en el lenguaje y se convierten en demanda de amor.
Para la madre su relación con el niño llevará la marca de un interés particularizado por él, que es índice de su investimento libidinal. En relación al padre, su función será en relación al nombre del padre y es vector de una encarnación de la ley en el deseo, en tanto prohibe el incesto humaniza el deseo y es el que, en tanto deseante, se hace responsable de sus actos.
El bebé para constituirse subjetivamente se identificará primeramente a sus padres, de ellos recibirá una marca simbólica, trazo identificatorio que le permitirá ser. Se lo marcará con un nombre, inscripción simbólica que no es sólo el nombre pues incluye la etimología del apellido y la novela familiar, pues uno se nombra como ha sido nombrado y al nombrarse nombra la relación de uno con sus progenitores, aquél que lo incluyó en el orden de las generaciones. Identificación que es una inscripción inconsciente que tiene eficacia simbólica, que particulariza e impide la repetición de lo idéntico. En cada inscripción se marca el lugar que el sujeto ocupa en el orden de las generaciones que es único y que abre el camino a nuevos eslabones en el sistema de parentesco.
Es en este sentido que desde el psicoanálisis podemos pensar la identidad: ser inscripto por los padres en el sistema de parentesco reconociendo la igualdad y la diferencia, pues sólo siendo diferente el sujeto puede particularizase. El sujeto no puede pensarse ni como autoengendrado ni siendo idéntico a otro pues al nacer, sostenido por el deseo de los padres, subjetivarse será producirse como sujeto nuevo.
Sabemos que con los niños desaparecidos se produjo una filiación falsa amparada en el Terrorismo de Estado y se les impidió el derecho a vivir con su familia. No pudieron convivir con sus padres que fueron primero desaparecidos y luego asesinados, ni tampoco pudieron criarse con los familiares de sus padres, sus abuelas y abuelos, sus hermanos, sus tíos; quiénes nunca renunciaron a su búsqueda y a la verdad. Denunciaron la desaparición, la falsedad, la apropiación, denuncian y reclaman justicia y derecho a la identidad.
Acordamos con "Abuelas" nuestra objeción y nuestro repudio ante los acontecimientos que produjo el Terrorismo de Estado, es ético. Lo ocurrido es algo que no podemos aceptar, la persistencia de una memoria viva es nuestra responsabilidad.
Lo ocurrido, el desmantelamiento del derecho de las personas por desaparición y asesinato y la apropiación de niños, hoy jóvenes y aún desaparecidos condujo a una ruptura del sistema humano de filiación, es una masacre de los vínculos y una fractura de la memoria. Es nuestra responsabilidad señalar el daño al que han sido y siguen siendo sometidos los jóvenes desaparecidos. También señalar y denunciar el daño al que somos sometidos como sociedad.
Sabemos que en el vínculo que crean los apropiadores con los niños, hoy jóvenes, funcionan procesos de identificación, no podemos negar sus marcas, las inscripciones que efectuaron aquellos que se han adjudicado impunemente las funciones materna y paterna valiéndose en la indefensión del pequeño sujeto que necesita del Otro para vivir y no caer en el marasmo y la muerte.
Usurpación del amor que reniega (en tanto mecanismo perverso) que el origen del vínculo se basa en la desaparición y asesinato de los padres y que criando a éstos niños como propios consuman otro modo de exterminio, funcionan "como si" nada hubiera sucedido y mantienen a lo largo de los años el ocultamiento del origen fraudulento.
La apelación de las Abuelas al derecho a la identidad no es sólo el pedido de un ordenamiento simbólico institucional que responda a la fuerza de la ley que siendo igual para todos funda una comunidad ética y política. Insistir en restituirles a éstos jóvenes su identidad implica el reconocimiento de lo vivido con el apropiador, de lo que fueron privados con el asesinato de sus padres y que eso es irrecuperable. No se puede borrar mágicamente la usurpación y las marcas que en el psiquismo produjeron, pero sí se puede abrir un espacio para construir una verdad histórica que impida el asesinato de la memoria.
Es decir no a las formas criminales de subjetivación, es hacer público actos que se pretendían privados y ocultos, es exigir una respuesta jurídica y social. Es exigir a uno por uno de sus nietos que tienen nombre y apellido, que tienen rostro, así como tuvieron nombre y apellido sus padres, tuvieron rostro, familia y una historia. Es exigir un trabajo de historización en donde la relación entre la memoria y el olvido pueda ser subjetivada en un discurso. El estado terrorista halló en la desaparición forzada de personas su principal recurso de gestión. Hacer desaparecer niños, despojarlos de sus familias, de su historia, de su nombre, de su cuerpo, de su voz. Renegación de un origen y de un acto, que en su persistencia en lo social es renegación de renegación. Al desaparecerlos para inscribirlos como otros se produjo otro modo de filiación que es la optimización racional del encierro. Vivimos en democracia pero la dictadura no es algo caduco en tanto haya jóvenes desaparecidos y aparecidos en otro sistema de parentesco. Walter Benjamin decía que los hombres vuelven mudos del horror, sin nada para contar. Creemos que Abuelas de Plaza de Mayo con su trabajo tratan de hacer inteligibles los signos del horror en un intento de remontar el carácter inenarrable de lo acontecido y por mantener viva su memoria como la de una lección que no debe olvidarse en tiempos en que se soporta mal la memoria de lo acontecido.
Lic. Alicia Lo Giúdice
Responsable del Equipo Terapéutico

COMISIÓN NACIONAL POR EL DERECHO A LA IDENTIDAD
CREACIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL POR EL DERECHO A LA IDENTIDAD
De todas las atroces secuelas que dejó el terrorismo de Estado, la que más llega a la sensibilidad colectiva es la de los niños desaparecidos. Paradójicamente, es la que resume, también, la esperanza de la sociedad: poder reparar, en partes, los tiempos del horror. La mayoría de aquellas criaturas están vivas y pueden ser recuperadas.
Son las Abuelas de Plaza de Mayo, constituidas como Asociación desde 1977, quienes encarnan un movimiento que a lo largo de su existencia instaura en la sociedad la conciencia del Derecho a la Identidad. Trascendiendo su rol de víctimas señalan, desde múltiples disciplinas, (científica, jurídica, psicológica, etc.), la necesidad de reparar el daño ocasionado por el terrorismo de Estado.
En el marco de sus reclamos al gobierno nacional, solicitan en julio de 1992 la creación de una comisión técnica especializada, proponiendo como miembros de la misma a personal cuidadosamente capacitado por la Institución.
La CONADI se crea en noviembre de 1992, inaugurando una novedosa forma de trabajo conjunto entre una ONG y el Estado argentino.
Su objetivo de origen, la búsqueda y localización de niños desaparecidos durante la última dictadura militar, se vio rápidamente superado ante las denuncias sobre robo, tráfico de menores, despojo a madres en situaciones límites y adultos con su identidad vulnerada. El objetivo inicial se amplió por ser el único ámbito del Estado Nacional especializado y dedicado a la temática de garantizar el derecho a la identidad.
El velar por el cumplimiento de los artículos 7 y 8 de la Convención Internacional por los Derechos del Niño (llamados los artículos argentinos) condujo a poner en evidencia una forma de sometimiento de nuestra niñez en la que los hijos de desaparecidos y los hijos de mamás en estado de indefensión social, generalmente menores de edad, comparten mecanismos de despojo en común en los que se arrebata la identidad tratando al niño como un objeto.
Por disposición Nº 1328/92 de la entonces Subsecretaría de Derechos Humanos y Sociales del Ministerio del Interior, se crea una Comisión Técnica, destinada a impulsar la búsqueda de niños desaparecidos y con identidad conocida y de niños nacidos de madres en cautiverio, y aportar al cumplimiento del compromiso asumido por el Estado Nacional a partir de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño en lo atinente al derecho a la identidad.
Posteriormente, la resolución 1392/98 del Ministerio del Interior crea la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, con las mismas funciones y conservando la conformación de la comisión precedente, esto es:

-dos representantes del Ministerio Público:
uno por la Procuración General de la Nación
uno por la Defensoría General de la Nación.
-dos representantes de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y
-dos representantes del Poder Ejecutivo Nacional, a propuesta de la Subsecretaría de Derechos Humanos y Sociales.
-El Subsecretario de Derechos Humanos y Sociales preside la Comisión.
El artículo 5º de dicha resolución autoriza a la Comisión a requerir colaboración y asesoramiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y solicitar a dicho Banco la realización de pericias genéticas.
Ya bajo la órbita del Ministerio de Justicia, la resolución Nº 83 de esta gestión ratifica en todos sus términos el contenido de la originada en Interior, “en particular en lo relativo a misión y objetivos de la mencionada Comisión, y en cuanto a su facultad de requerir al Banco Nacional de Datos Genéticos asesoramiento, colaboración y/o realización de pericias genéticas en los casos en que corresponda”. Asimismo, en su artículo 2º recomienda a la Subsecretaría otorgar especial prioridad a la Comisión.
En septiembre del año 2001 se sanciona la Ley 25.457, por la que el Parlamento refuerza la jerarquía de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.


 
 
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